No me sigue un séquito de honra
Tampoco de virtudes
Ni recibo aplauso alguno
Tan sólo soy epígono
De aquellos luchadores
Enamorados de un reino inamovible
Allegado a mis sueños
Camino por sendero obnubilado
Incansable defensor de mi ontogenia
Luces esplenden en mi cielo
Un mundo imaginario para todos
Gemas de mi oriente personal
Soy lasca de la roca viva
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