elevo mi plegaria
porque ante Ti
buen Dios
todas las miradas
se vuelven luminosas
A Ti buen Señor
que vienes derramando
tus inventos
Que vuelves a mis manos
todo fruto
Dulce Amigo
te doy gracias
¡Cuánto busqué
en la noche!
¡cuánto vagué
por valles y colinas!
¡cuánto busqué en
las piedras
tu fuego inigualable!
y ahora
por fin quieto
puedo disfrutar
de la luz insondable
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